Nuestra Espiritualidad

Buen Pastor

"Yo soy el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas" (Jn. 10, 11 ss). Jesús, Buen Pastor, es el verdadero modelo que, como cristianas, cristianos debemos encarnar en nuestras vidas. El nos asocia a su obra y nos coloca en lugar suyo, para aliviar, sanar el sufrimiento humano. Lograrán llevar a cabo todo bien cuando tengan los pensamientos, sentimientos y afectos del Buen Pastor (Fil. 2, 5), cuya imagen viva deben ser ustedes en medio de sus amados rebaños.

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Buen Pastor

EL BUEN PASTOR ES NUESTRO MODELO

Cristo dijo de sí mismo: "El Hijo del hombre vino a salvar lo que se había perdido" (Mt. 18, 1 11). Y ¿qué hizo? Fue tras el pecador con solicitud paterna], soportando fatigas y trabajos para atraerlo a sí y salvarlo. Recuerden con qué inefable bondad acogió a la gran pecadora de Jerusalén, cuando se arrojó a sus pies y lo regó con sus lágrimas. "Déjenla. ¿Por qué la molestan? Esto que me ha hecho es bueno" (Me. 14, 6). Véanlo, en otra ocasión, sentado junto al pozo de Jacob; descansa, más en realidad espera a una persona; quiere convertir a la samaritana (Jn. 4, 1 ss)... Mírenlo en Jerusalén, cuando le presentan una mujer culpable que merecía ser apedreada. » Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra" (Jn. 8, 7) dice, y la multitud se dispersa.

Después de la resurrección se muestra como Buen Pastor, va tras las dos ovejas desalentadas y tristes que abandonan a Jerusalén, cuidad de paz, para ir a Emaús, lugar de confusión (Lc. 24, 13-35). Se hace el compañero de los dos discípulos, que están consternados y cuya fe vacila. Camina a su lado, no va ni más de prisa ni más despacio, a su mismo paso; toma parte en su conversación, acomodándose a su debilidad para instruirlos y disipar las tinieblas de su espíritu.

Esta es la actitud que tenemos que tener frente al dolor, la desesperanza, la marginación. Ustedes están destinadas/os a ser otros tantos buenos pastores. Como Jesús vayan a Emaús en busca de las ovejas fugitivas, y cumplido su oficio de Buen Pastor, intégrenlas en la sociedad.

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San Juan Eudes
19 de agosto
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Madre Josefa Fernández Concha
13 de enero
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Beata Agustina Rivas
26 de septiembre
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Santa María Eufrasia
24 de abril
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Beata María Dröste
8 de junio

San Juan Eudes

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San Juan Eudes el mayor de varios hermanos, nació en Ri, el 14 de noviembre de 1601, en un pequeño pueblo  de Francia; nace en un hogar cristiano, su padre Isaac Eudes era un hombre que trabajaba en la agricultura y era médico en la Villa y Marta Corbin su esposa dedicada a las labores propias del campo; entre sus hermanos  Francois Eudes de Mezeray considerado como importante historiador y Carlos Eudes un militar disciplinado.

El joven Eudes a lo largo de su vida fue acrecentando su profundo amor por la Virgen María, con  una piedad especial, a los doce años en 1613 recibe su primera comunión, en 1615 entra al colegio de los Jesuitas en Caen y entró a la Congregación del Oratorio de Francia, fundado en 1611 por el Cardenal Pedro de Bérulle, quien lo recibió el 25 de marzo de 1623. Fue ordenado presbítero el 20 de diciembre de 1625. Durante  estos años se impregnó del pensamiento espiritual de Bérulle, centrado totalmente en Cristo y compartió su deseo de "restaurar en su esplendor el orden sacerdotal".

Es una espiritualidad de la misericordia...

Misericordia de Dios hacia nosotros

Misericordia de nosotros hacia los hermanos

Es una espiritualidad de la Encarnación

Formar a Jesús en nosotros...

Es una espiritualidad eclesiológica...

Es una espiritualidad totalizante

Continuar la vida de Jesús en medio de la Iglesia

Es una espiritualidad Cristocéntrica

Hacer que viva y reine Jesús en todos los corazones

Es una espiritualidad profundamente mariana...

María es tipo y figura de todo cristiano que quiere hacer vivir y reinar Jesús

Josefa Fernández Concha
Sierva de Dios

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Josefa nace el 15 de marzo de 1835 en Santiago de Chile, en la Casona de calle Las Claras, (hoy Mac Iver) con Santo Domingo). A la usanza de la época, Josefa recibió toda su educación en Casa: amor a Dios y a las personas de la familia y de servicio en un ambiente de comunión humana y espiritual.

Desde pequeña, junto a su madre, hermanas y hermanos visitaban y apoyaban a familias muy pobres, especialmente mujeres que vivían en la periferia de Santiago, a la orilla norte del río Mapocho. Gran parte de estas mujeres y sus hijos eran migrantes del campo, ya que sus esposos habían sido reclutados, para la Revoluciones civiles, y la Guerra del Pacífico.

Sentía arder su corazón cuando veía a las personas sumidas en la tristeza, la pobreza material y espiritual y los servía con todo su amor de niña, adolescente y joven. En medio de estos trabajos, Dios la llama; se siente cautivada por el carisma de misericordia y reconciliación que testimonian las religiosas del Buen Pastor.  Tiene 27 años, es una mujer madura, inteligente, culta, enriquecida con múltiples dones entre ellos el de organización. Ingresa al noviciado en 1862 y en 1863 pronuncia sus Votos perpetuos, donde recibe el nombre de María de San Agustín. Ese mismo año es nombrada superiora del convento de la calle Rivera, donde muy luego se deja sentir el progreso espiritual gracias a su liderazgo y carisma. Consagró su vida para acoger y hacer visible la misericordia de Dios en la mujer desvalida, y apostó por el amor hacia las personas más desheredadas de la sociedad.

Fundó 35 comunidades religiosas, Hogares para jóvenes, adultas y mujeres detenidas, en Chile, Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay.   Compartió personalmente, las carencias y múltiples dificultades de los principios, dejando la impronta de su iniciativa, de su seguimiento de Jesús Buen Pastor y de su infatigable búsqueda de recursos y capacidad de entrega. El contacto con la Fundadora, Madre M. Eufrasia Pelletier, deja en ella una huella de profunda amistad y santidad, que la impulsa más adelante a trabajar por la causa de beatificación de la Fundadora.

  • COMPASIÓN

 

  • Contexto social durante su adolescencia y juventud.

Su sensibilidad frente a la miseria y estado de abandono de gran parte de la población de Santiago fue profundizando más aún sus sentimientos y acciones de compasión. Con su madre y sus hermanos visitaban y socorrían sistemáticamente a mujeres y familias en situaciones miserables, capacitándolos y buscándoles trabajo.

  • SILENCIO ORANTE EN UNIÓN CON JESÚS SUFRIENTE

Desde niña aprendió a orar en familia, y a participar en la Liturgia de la Iglesia; en oración y lucidez espiritual fue progresando con el tiempo. Asumió el dolor de ver partir a seres queridos y padecer dos revoluciones, las de 1851 y 1859, que hicieron crisis en el Chile de entonces, produciendo cesantía, hambruna, deportaciones, luchas ideológicas y políticas junto a combates armados... Todos estos acontecimientos la hicieron sufrir, orar, madurar ya que había amigos y parientes en ambos lados de las luchas.

  • ESPIRITUALIDAD EN ACCIÓN

Josefa sobrellevó agresiones físicas por parte de jóvenes conflictivas con quienes trabajaba siendo novicia en Santiago, más tarde sufrió calumnias  y cartas insolentes, muchas de ellas anónimas y totalmente falsas. Acusada de separatista ante la Fundadora y su Consejo, fue muchas  veces ofendida; ¿qué hacía?, no se defendía sino que intensificaba su oración particularmente la contemplación de los misterios de la Pasión y muerte de Jesús.

  • SENTIDO DE COMUNIÓN

De joven, ayudando con su madre a construir el convento y la obra del Buen Pastor en Santiago de Chile, pudo constatar que la unión hace grandes cosas en pro de un objetivo común. Allí, las hermanas, la Sociedad de Beneficencia de Señoras de Santiago, bienhechores, profesionales y obreros, trabajaban con la meta clara y con un solo corazón.

Santa María Eufrasia

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Nació el 31 de julio de 1796 en una hermosa isla de Francia llamada Noirmutier, donde se encontraba su familia, desplazada a causa de la guerra. Nació bajo el nombre de Rosa Virginia Pelletier, sus padres Julian Pelletier y Ana Mourin; él médico y ella su asistente, le enseñaron a preocupase por los demás, a pesar de ser refugiados, en su hogar de profunda fe y siendo 7 hermanos, siempre estaban acogiendo a los más pobres y atendiendo a quienes tenían problemas de salud, muchas veces a escondidas, eso forjó su gran amor por Dios.

Con sus amigos y amigas les gustaba recorrer y jugar en la isla, contemplar el mar y su belleza como regalo de Dios, muchas veces pasaban por las costas los barcos llenos de esclavos traídos de África, sentía ganas de ayudarles.

Sus años de estudios comenzaron junto a las hermanas Ursulinas, siendo una niña muy traviesa, un día tomó una peluca de un pastor que dormía y se la fue a colgar a la puerta de su casa. Una hermana cansada de sus travesuras le dijo “tú serás un ángel o un demonio” a lo que ella contestó: “seré religiosa”

A los 11 años recibió su primera comunión y en lo más íntimo de su corazón escuchó el llamado de Jesús que le invitaba a seguirlo. Por las noches pedía perdón por sus travesuras y también daba gracias por sus padres y por todo el bien que ellos hacían por las personas más pobres. Un gran dolor en esta época fue la muerte de su padre y tener que dejar la isla, su belleza, el bosque, el mar y en especial a sus amigos

En 1810 llegó a Soulans donde vivían unos parientes de su madre, en la ciudad de Tours ingrese a un internado de grandes y frías paredes con una disciplina severa, pero de gran prestigio. Conoció a una gran maestra que le escuchaba y consolaba, la señorita Paulina de Lignac, gracias a su amistad descubrió el amor compasivo y misericordioso de Dios, que se preocupa y cuida de los que sufren. De la misma manera como ella lo hacía con sus compañeras en el internado, solía defender a las más débiles. Cuando iban los domingos a rezar a la catedral, pasaba por fuera de un convento y se preguntaba ¿quiénes viven acá y que harán? algún día las conoceré, pensaba.

En el convento conoció a las religiosas vestidas de blanco y cuando compartió con las niñas y jóvenes que vivían allí, protegidas de la violencia y peligros que había en ese periodo postguerra, su corazón quiso quedarse en esa comunidad para siempre, le gustó mucho su nombre “el refugio”. Le contó a su familia que quería ser religiosa. Por fin el 20 de octubre de 1814 ingresó al refugio de Tours; desde el primer día dejó su corazón en él. Las palabras de su fundador San Juan Eudes “una persona vale más que un mundo” marcarían su vida y se entregaría a Dios para llevar a las personas a él, trabajaría por las personas más tristes, solas, excluidas para lograr que sean felices.

Acá encontraría su nombre Eufrasia que significa “palabra dulce”. El 9 de septiembre de 1817 se consagró para toda la vida a Jesús y al servicio de sus hermanos que más sufren… consolando y sanando las heridas de sus corazones a ejemplo de Jesús el Buen Pastor. Su felicidad fue grande cuando le pidieron que fuera a ayudar a las religiosas que trabajaban con las niñas, ayudó en distintos trabajos y a los 29 años le eligieron superiora de la comunidad.

Unos años más tarde fundó la comunidad de las hermanas contemplativas, tenían como misión orar por el mundo y así fue creciendo la comunidad en vocaciones y edificios para albergar a las niñas y jóvenes para consolarlas, acogerlas y promoverlas, “porque Dios quiere que todos seamos felices “.

El 31 de julio de 1829, nace la primera casa del Buen Pastor, al principio fue duro, pero nunca se cerró la puerta a ninguna niña que necesitara  “ellas son el tesoro que Dios nos ha confiado”. Con el paso del tiempo y pese a grandes dificultades se le pide la fundación de otros conventos en Francia y Europa, luego Roma, América y África, así se  reconoce en enero de 1835 como Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor y así se hacía realidad el ejemplo de Jesús el Buen Pastor, que trata con dulzura y misericordia a las niñas, jóvenes y mujeres acogidas, las más necesitadas y vulneradas.

En 1855 llega a Chile la Congregación “la misión de mi amor” como decía en sus cartas María Eufrasia. A los 72 años de edad, con una salud deteriorada, pero con más de 100 casa fundadas en los cuatro puntos cardinales haciendo de nuestra familia un arcoíris de colores e idiomas.

Hoy la Congregación existe en 72 países llevando programas que benefician a mujeres jefas de hogar, niñas víctimas de maltrato, tráfico de personas, abusos, refugiados, entre otras haciendo realidad las palabras de Santa María Eufrasia: “Nuestra Congregación ha sido fundada por el amor a las personas más necesitadas y solo la sostiene este mismo amor”

Beata María del Divino Corazón Dröste

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Nació en Munster, el 08 de Septiembre de 1863, en el seno de una familia de la nobleza alemana, fue bautizada el mismo día de su nacimiento, pues su vida corría peligro. Sus padres fueron el Conde Clemente Droste y su madre  la Condesa Helene de Galen. Pasó su niñez en el castillo de Darfeld, donde se mostró como una niña vivaz, casi “salvaje”, con apasionados exabruptos y fuerte voluntad propia, pero también con un corazón profundamente sensible para los demás.

El día de la confirmación, el 8 de Julio de 1875 según sus propias palabras, se dio cuenta de la gracia de la vocación y se le despierta el deseo de emprender una actividad apostólica. Pasa algunos años (1879-1881) en el pensionado para señoritas de las Hermanas del Sagrado Corazón en el Palacio de Riedemburg; una época de formación intensiva y de carácter. Dice ella misma: “En Riedemburg yo aprendí un poco a dominar mi carácter. Por lo menos comencé a comprender, que el amor al Corazón de Jesús sólo es una imaginación vacía, si no está acompañada de un espíritu de sacrificio.”

Su delicada salud le impidió ingresar en el Convento de las hermanas de San José en Copenhague. Privadamente hace Voto de Virginidad y lleva una vida retirada en su casa paterna. En 1888 tiene esta súbita seguridad -descrita por ella misma-: “Cuando estaba a punto de ir al confesionario en la Iglesia de Darfeld, me vino de repente esta idea: Tu tienes que ir  a la Congregación del Buen Pastor, en una forma tan determinada, que a partir de este momento estaba completamente segura y decidida”.

El 21 de noviembre de 1888 ingresa María Droste Zu Vischering en el convento del Buen Pastor de Munster. ¡María ha encontrado su camino! El Señor se lo había dicho. Y el apostolado de las hermanas del Buen Pastor, la salvación de la juventud femenina en peligro y abandonada, la apasionó.

En esta Congregación encuentra la herencia de San Juan Eudes, guardada por la Congregación con cariño: la veneración de los Sagrados Corazones de Jesús y María.

Como Centro de Espiritualidad del Buen Pastor, prestamos servicios de acompañamiento espiritual y formación dentro del carisma propio de misericordia, reparación y justicia que caracteriza la cultura congregacional. Estos servicios responden a las necesidades de las distintas expresiones de la misión congregacional, así como también a las peticiones de quienes quieran tener un espacio de encuentro con Jesús Buen Pastor.  

En este clima puede vivir María. En su vestición, el 10 de enero de 1889 recibe el nombre: María del Divino Corazón. Esto es para ella la confirmación de su vocación.

Como muchos, después de ella, ha experimentado María, la cruz de la tensión entre contemplación y acción. Finalmente y después de muchos meses, pone fin a sus dudas: “Mi decisión se mantiene firme a partir de hoy día: nada me podrá apartar de ti, Buen Pastor.

El 29 de enero de 1891, María hace sus votos perpetuos. Su conocimiento del ser humano, su enteresa unida a su      bondad, su polifacética formación, su actitud espontánea, su alegría, la hacen parecer realmente predestinada para el trabajo con las jóvenes a quienes es enviada en 1891.

Fue una eficaz educadora. La causa de ello está en un plano más profundo: “sólo al Corazón de Jesús, le atribuyo el éxito que tuve siempre en el trato con las muchachas y muchas  v e ces, cuando el caso parecía desesperado, solucionó Él, todas las dificultades. Cuando uno pide un alma a su Divino Corazón Él nunca falla, aún cuando a veces exige muchas oraciones, muchos sacrificios y mucho sufrimiento”.

 

El 12 de mayo de 1894 es enviada a Portugal, para hacerse cargo de la dirección del Convento del Buen Pastor en Oporto, el que, de acuerdo a sus propias palabras, se encontraba, en muchos aspectos, en estado miserable. Hermana María no cede ante ninguna dificultad, ni ahorra sacrificio alguno. Su ejemplo entusiasma a los otros. Pide limosna y ora, padece hambre y frío, trabaja, confía y vence.

El convento se convierte en un centro de irradiación espiritual. En mayo de 1896 aparecen las primeras señales de su infección a la médula espinal, con síntomas de parálisis. A pesar de la grave y extremadamente dolorosa enfermedad, dirige la casa como superiora, se preocupa por las demás religiosas y por los desamparados, y socorre en su despacho, diariamente, muchas personas que buscan ayuda a través de sus consejos y sus oraciones.

Repetidas veces siente durante sus oraciones, el requerimiento de expresar al Santo Padre, el deseo de que se realice la Consagración del mundo al Santísimo Corazón.

Ella cumple esta misión y llega a conocer la publicación de la Encíclica ¡Annum Sacrum” del Papa León XIII, con la orden de la Consagración del Género Humano al Santísimo Corazón de Jesús, el 25 de mayo de 1899.

El 8 de junio de 1899 fallece María. Es la víspera de la fiesta del Corazón de Jesús. El 11 de junio de 1899 consagra el Papa el Papa León XIII, el mundo al Corazón de Jesús.

María Agustina Rivas López (Aguchita)

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Agustina Rivas-López nació el 13 de junio de 1920, en Ayacucho, Perú.  Su infancia se desarrolló en un ambiente de amor. De su familia ella aprendió el amor a los pobres.

Vocación en el Buen Pastor

Aguchita entró en el convento del Buen Pastor el 8 de febrero de 1942. Su vida no era notable en muchos aspectos, pero las sencillas virtudes que ella practicaba la hicieron una mujer notable. Su vida se caracterizaba por el trabajo duro y su opción por las jóvenes, Aguchita era humilde, alegre y siempre llena de bondad. Entre sus hermanas, ella era amable, servicial, generosa, encantadora y misericordiosa. De 1970 a 1975, Aguchita vivió con la Comunidad de las Hermanas Contemplativas para ayudar a una enfermera. En 1986 Aguchita fue trasladada a la Comunidad de Noviciado. Los dos años que ella paso allí fueron tiempos de vívido testimonio para las jóvenes hermanas en formación.

Durante mucho tiempo Aguchita guardaba un fuerte deseo de servir al pueblo de Dios en la selva. Esto finalmente se concretó durante el último periodo de su vida. Durante once años el Buen Pastor había estado realizando trabajos pastorales en el Centro de Misiones de La Florida. Allí se desarrollaron programas de educación y un Proyecto de Promoción para la Mujer Rural, que abarcó varias ciudades. El Buen Pastor era la única presencia de Ia Iglesia en esa región.

Para 1990, una situación difícil surgió debido a la presencia de grupos subversivos en el valle de "Yurinaqui". A pesar del peligro, la Congregación decidió continuar el trabajo en "La Florida". Aguchita estuvo en la misión de la Florida durante 3 años y se dedicó a la población rural con el mismo amor que puso en todo, su trabajo fue principalmente con los niños pequeños y las mujeres rurales del lugar y de las zonas nativas, los más pobres del Valle.

En septiembre de 1989, Aguchita era claramente consciente del peligro en la Florida. Ella escribe: "... Malas noticias: los hombres de Sendero Luminoso vinieron aquí de nuevo por segunda vez. Declararon "La Florida" zona liberada. Durante su incursión mataron a dos hombres. Te rogamos que ores por nosotros... Estamos en las manos de Dios..."
EI 27 de septiembre de 1990, a las 3 pm, un grupo subversivo irrumpió en La Florida y reunió a toda Ia gente en la plaza principal. Allí dispararon y mataron a seis personas, incluida Aguchita. Ahora le pedimos a Aguchita que nos ayude a entender Io que significa ser Religiosa del Buen Pastor y el radicalismo de las bienaventuranzas en nuestro mundo tan lleno de injusticias, tan necesitado de la misericordia de Dios.

La Aguchita está actualmente en proceso de canonización. Fue nombrada Beata por el Papa Francisco, el 7 de Mayo del 2022.